Conoce los Secretos de la Productividad de los Grandes

por | Oct 23, 2019 | Desarrollo Personal

Los secretos de productividadde los Grandes de la Historia

Si hay algo con lo que me he estado obsesionando es con la productividad. No solo de producir en mayor cantidad, tampoco, necesariamente en hacer más en menos tiempo. 

Más bien, en hacer algo realmente importante. En tener efectividad.

Puedo hacer más en menos tiempo, pero esto no tiene que ser el objetivo en si mismo.

Ya que podría hacer mucho en un día, pero puede que todo lo que hice, sea innecesario.

Entonces, aprender de los secretos de la productividad de los grandes es algo que obsesiona.

Llegar a acercarme lo más posible a ellos me motiva. Y  ¿alcanzarlos y superarlos…? Me impulsa aún más…

Veremos algunos de sus secretos, no tan secretos para lograr su prolificidad.

La Productividad de los Grandes.

En el libro “Los personajes más productivos de la historia” de Michael Rank, se nos revelan algunas maneras, algunos métodos para lograr una alta productividad.

Me voy a basar en buena medida en este libro, pero no es lo único, sino también, en aprender y aplicar algunas de las técnicas o sistemas de personas de éxito.

De aquellos que están dentro los mejores en su campo.

Un Objetivo Superior.

Lograr algo que sea importante. Trabajar por algo que sea más importante que uno. Los grandes por lo general, trabajaron por algo superior.

Julio César, era ambicioso, pero también tenía un compromiso con Roma.

El rey Felipe II de España, era un devoto católico. Su fé lo hacía trabajar mucho más que el resto, lo cual, le permitió gobernar el imperio más extenso de la edad moderna.

Tener algo superior a uno mismo como objetivo, nos hace impulsarnos más allá de lo considerado normal. Es una motivación intrínseca muy poderosa.

Nuestro país, nuestra familia, ayudar a mejorar la vida de miles de personas, son objetivos superiores para mí.

Encontrar tu Credo te ayudará con esto.

Imponerse metas diarias.

Por ejemplo, escribir 5000 palabras diarias, o Hacer 30 minutos de cardio. Depende cuál, sea tu meta principal.

Así, cada día nos proponemos pequeños objetivos que atacar.

Esto nos mantiene en el camino hacia el éxito.

Benjamin Franklin, se planteaba objetivos diarios. Y esto era una de las cosas que le daba tanta efectividad a uno de los padres fundadores los E.E.U.U. 

Planificar.

Lo anterior se vuelve aún más efectivo cuando planificamos de manera estratégica lo que vamos a hacer durante el día.

Franklin, planificaba. Se planteaba micro objetivos diarios y macro objetivos para un año.

Además, se planteaba un propósito para el día. En base a este propósito, planificaba todo día.

Puedes planificar tu día, la noche anterior antes de irte a dormir o también en la mañana temprano antes de comenzar a hacer el trabajo diario.

Irse a dormir temprano, para levantarse temprano.

“Acostarse temprano, levantarse temprano, hace del hombre, sano, rico y sabio”.

Benjamin Franklin

Siguiendo con Benjamin Franklin, se levantaba a las 5 am y se iba a dormir a las 11 pm. Esto le permitía ya estar trabajando en sus metas, cuando los demás aún dormían.

Lograr buena parte de lo que te propusiste durante el día te da una sensación maravillosa. Te sientes un ganador, estás más positivo.

Además, que puedes hacer más cosas.

Donald Trump, nos dice que se levanta a las 5 am y se pone a leer los periódicos para estar informado de todo en cuanto a lo que es importante para él (negocios, y ahora política).

Isaac Asimov, se levantaba todos los días a las 6 am y después del desayuno se iba a la oficina de correos para revisar su correspondencia, lo cual, le brindaba motivación al revisar sus cheques por derechos de autor y las numerosas cartas que le enviaban sus fans.

A las 8 am se disponía a atacar la máquina de escribir sin parar. Solo se tomaba un descanso a la hora del almuerzo y se permitía una pequeña parada para tomar café.

Sueño Polifásico.

Bien, hay algunos grandes como Thomas Edison, que dormían 4 o 5 horas de un tirón durante la noche.

Pero después hacían micro siestas durante el día. 

Winston Churchill, dormía 5 horas recorridas, y se tomaba una siesta de 1 ½ hora. 

Nikola Tesla, dormía dos horas y tenía pequeñas siestas durante el día.

En mi caso, hay momentos en que duermo 4 o 5 horas durante la noche pero luego tomo una o dos siestas durante el día, que no sobrepasan los 20 minutos.

De lo contrario entro en un sueño más profundo y cuando me despierto, me siento cansado.

Aunque lo mejor para mí es dormir unas 6 a 6 ½ horas y tomar una siesta de no más de 20 minutos durante el día.

El gran Leonardo Da Vinci, se cree que dormía 15 minutos cada dos horas, pero esto puede no ser totalmente verídico.

Lo que sí se puede atribuir a su nivel productividad es que pasaba a la acción constantemente.

Pasar a la acción.

Esta es una cualidad que tienen todos los grandes. Alejandro Magno, pasaba a la acción, Julio César pasaba a la acción.

Benjamin Franklin, planificaba su día e inmediatamente pasaba a la acción.

Theodore Roosevelt, era un hombre de acción. 

“En la acción esta la diversión”.

Theodore Roosevelt

Puede que vayas más lento de lo que te gustaría, pero si te mantienen pasando a la acción una y otra vez, eventualmente vas a llegar a donde quieres.

La energía sexual.

Los grandes tenían una energía sexual más intensa que lo normal. Arnold Schwarzenegger, tenía y sigue teniendo una energía sexual alta.

El propio Alejandro Magno, Julio César también poseían una energía sexual elevada.

Y qué me dices de Napoleón que se sintió inspirado por su esposa Josefina.

En realidad todos los grandes en la historia tuvieron o tienen una elevada energía sexual. Ya sea guerreros, emprendedores, artistas, profesionales…

“Nunca ha existido, ni existirá, un gran líder, constructor o artista al que le falte esa fuerza impulsora del sexo”.

Napoleón Hill

Pero no basta con tener una elevada naturaleza sexual.

Se necesita algo más.

Y ese algo más es… La transmutación del deseo sexual en algo productivo.

Como crear un negocio de 7 cifras al año, construir un cuerpo fuerte, hacer un gran descubrimiento en cualquier campo, ser el mejor en lo que hago.

Para poder transmutar este deseo sexual, no hay que hacer cosas complejas. Se tiene que canalizar esta energía hacia un objetivo que quieras lograr.

Se debe de enfocar tanto las acciones como el pensamiento hacia algo productivo.

Esto cuando te veas impulsado por el sexo, más bien por el contacto físico del sexo. Dale otra salida. Algo más valioso.

Santo Tomás de Aquino, debía gran parte de su productividad a que era célibe, al igual que Isaac Newton.

No digo que tengas que ser célibe jaja.

Digo que no se tiene que desperdiciar esta energía, se necesita retenerla, conservarla. Para luego encauzarla.

Primero se conserva la energía sexual, sin embargo de nada nos va a servir retenerla si no la canalizamos hacia una vida productiva.

Napoleon Hill en su famoso libro “Piense y Hágase Rico” profundiza más sobre la transmutación de la energía sexual hacia el logro de grandes metas.

Cómo aumentar y conservar la energía sexual.

1- No te masturbes.

2- No desperdicies tu preciosa energía sexual solo por deleite o aburrimiento.

3- Optimizar niveles hormonales, especialmente la testosterona.

Trabajar más, para lograr más.

Este enfoque lo utiliza en la actualidad Elon Musk, dice que trabaja 80 horas a la semana.

Bueno, no solo Elon aplica este enfoque, Isaac Asimov se la pasaba trabajando y casi ni se tomaba vacaciones.

Y cuando se las tomaba, también trabajaba.

Pero, se tiene que tener en cuenta una cosa. Los grandes trabajan o trabajaban de manera estratégica.

No es solo trabajar sin ningún tipo de organización.

Charles Spurgeon, trabaja todos los días, de hecho había programado los miércoles para descansar a mitad de semana, pero rara vez cumplía con esto.

Eso sí, tenía toda una organización para llevar a cabo su trabajo.

Tenía un objetivo mayor que cumplir y se planteaba objetivos más pequeño a diario.

Para lograr más, se pueden utilizar técnicas y de hecho siempre se están inventando nuevos sistemas para la productividad.

Pero hay algo tan simple y obvio que parece pasarnos desapercibido.

Ese algo es trabajar más.

La ética de trabajo puede suplir cualquier falta de talento en ciertas áreas.

La ética de trabajo con talento puede llevarte alto en un cohete.

Todos los grandes de la historia, han trabajado de manera obsesiva en sus objetivos.

La obsesión.

Algunos dicen que no es sana. Los grandes les demuestran que solo trabajando de manera obsesiva es como ocurren los mayores logros.

Einstein, estaba obsesionado con la teoría de la relatividad.

Leonardo Da Vinci, se obsesionaba con llevar sus creaciones a la perfección (esta es una de las razones por la que, dejó muchas de sus obras sin terminar).

Ibn Sina, debía su productividad a su lógica deductiva y también a su deseo insaciable por la investigación y la escritura.

Grant Cardone, en su libro “la regla 10X” nos cuenta su historia de adicciones y vicios perniciosos. 

Nos dice que todos nos obsesionamos con algo, incluso hay quienes se obsesionan con no obsesionarse.

El punto aquí, es en qué nos vamos a obsesionar. En el caso de Grant, se obsesionó con los negocios y hoy tiene negocios que facturan más 100 millones al año.

Cuando nos obsesionamos por algo que vale la pena, dirigimos todos o gran parte de nuestros recursos hacia ese algo… Y el resultado es que llegamos alto en la vida.

Tener un sistema.

El pastor Charles Spurgeon, como te decía más arriba, trabajaba por encima de la media. Pero también tenía un sistema en el cual se apoyaba.

Esto de la daba mayor efectividad a la hora de dirigir una revista, una iglesia, dar charlas, conferencias, asistir a una multitud de reuniones todos los días, contestar las numerosas cartas que le llegaban a diario.

Además, hay que decir que tenía una familia.

Tenía colaboradores que le ayudaban en sus objetivos. Pero lo hacían de manera organizada.

Spurgeon, delegaba lo que había que delegar en sus asistentes. Filtrar las cartas que le llegaban, era tarea de sus colaboradores, fijar las reuniones, también.

Felipe II de España, tenía una red comunicaciones y de inteligencia que le facilitaba el trabajo, sobre todo, en cuanto a administrar territorios tan extensos.

Santo Tomás, también tenía asistentes sobre los cuales delegar ciertas tareas, para que él pudiera dedicarse a lo importante.

Centrarse en una cosa a la vez.

Centrarse en varias cosas a la misma vez, no es eficiente. Mejor es plantearse un objetivo, planear que se va hacer y pasar a la acción de una cosa a la vez.

¿Cómo crees que se logra la maestría en algo?… ¿Viendo redes sociales, estudiando y creando tu obra?

Algunos pueden decir que Elon Musk dirige dos empresas y tiene varios proyectos en paralelo.

Y sí, eso es así. Pero, no está haciendo todo eso al mismo tiempo. Dedica su tiempo a cada cosa. Que no es lo mismo que hacer todo a la vez.

Aprovechar cada momento del día.

No desperdiciar el tiempo en cosas banales o sin importancia.

El tiempo es un recurso que en todo momento está avanzando y no se puede recuperar una vez perdido.

Sabes qué… En realidad la vida está avanzando en cada momento y no se puede recuperar.

Una vez pasa ese segundo de nuestra vida y… Ya no podemos recuperarlo, por mucho que lo queramos.

El tiempo que vamos a pasar por este mundo tiene un límite.

Por lo que, debemos aprovechar cada segundo de nuestra vida en algo productivo.

Con esto no quiero decir que se tenga que dedicar tiempo al descanso y relajo.

Tomarse descansos.

Estos descansos tienen que ser tomados de manera estratégica y en función de nuestras metas.

Como una forma de recuperar energías para seguir trabajando para lograr lo que nos hemos propuesto.

Nos podemos tomar pequeños descansos mientras trabajamos, creando bloques de trabajo.

Esto con la finalidad de mantener el rendimiento por más tiempo.

Nuestra capacidad de concentración, luego de un tiempo, empieza a disminuir. Y es ahí donde podemos tomarnos un pequeño descanso para recuperarnos e ir al 100 por ciento.

Todo depende de tu capacidad y también puede que en un momento dado entres en un estado de flujo en donde puedes estar en una actividad horas y horas y no te das cuenta, porque, perdiste la noción del tiempo.

Cuando esto último sucede, solo tienes que seguir…

Técnica pomodoro.

Cómo te decía, nuestra capacidad de concentración luego de un tiempo empieza a disminuir. 

Entonces esta técnica consiste en hacer 4 bloques de trabajo compuestos de 25 minutos cada uno.

Además, de descansos de 5 minutos entre bloque, a excepción del último, en que se tomará 15 a 20 minutos de descanso.

Puedes revisar esta publicación: “Cómo ser más productivo durante el trabajo”.

También puedes tomarte vacaciones cuando sientas que tu rendimiento comienza disminuir dramáticamente. Es una muy buena forma para luego recargar energías y que surjan nuevas ideas.

La presión.

Algunas de las personas más prolíficas de toda la historia, lo fueron, básicamente porque, tenían una fuerte presión para seguir creando sin parar.

Ese el caso del compositor más prolífico de toda la historia de la música, Georg Philipp Telemann, producía sin parar, ya que ostentaba varios cargos a los cuales, debía brindar sus obras.

La demanda de sus creaciones era alta, por lo que, tenía que satisfacerla. Eso era una presión lo suficientemente fuerte para que Telemann se pusiera a componer de manera obsesiva.

Simplicidad.

Tendemos a prestarle más atención a las cosas que parecen complejas. Pero como decía Bruce Lee, “la simplicidad es la clave de la brillantes”.

Asimov, tenía un estilo simple y directo, lo cual, le facilitaba las cosas para seguir escribiendo y podía compenetrarse más con sus lectores. No creía en el bloqueo del escritor.

Telemann, también tenía un estilo simple, pero le permitía llegar a más personas y no solamente a la aristocracia de la época.

Hay cosas valiosas que son simples, pero que se nos pasan desapercibidas por la sencilla razón de ser simples.

Proponerse objetivos, es algo simple, pero muchos ni siquiera se los proponen… No se dan cuenta de la profundidad que esto tiene.

No estoy diciendo que no haya que tomar en cuenta temas complejos. Para nada, pero…

“Si no lo puedes explicar con simplicidad, es que no lo entendiste bien”

Se le atribuye a Albert Einstein.

También, debemos tener en cuenta otra cosa…

“Todo hay que reducirlo a su máxima expresión, pero no más”.

Se le atribuye a Albert Einstein.

Ambición.

¿Qué hubiera sido de Roma, sino hubiera sido por la ambición de Julio César? ¿Que sería de la cultura occidental sin la ambición insaciable de Alejandro Magno?

¿Qué sería de la aeronáutica sin la ambición de los hermanos Wright?

¿Qué sería de las ciencias sin la ambición de Newton, Galileo Galilei, Copérnico, Kepler, Einsteins y  tantos otros?

¿Qué sería del hombre, sin la ambición?…

Bien, si estas leyendo esto es porque eres ambicioso.

Hacer lo más importante primero.

Lo más prioritario hacerlo de los primeros, es obvio ¿no? Pero no siempre lo aplicamos, a veces, nos ponemos a hacer cosas que ni siquiera son relevantes.

Ponerse a responder mails, o ver como van las redes sociales primero, es algo que te va a quitar bastante efectividad a la hora de llevar a cabo las acciones necesarias para alcanzar tus metas.

Theodore Roosevelt, era una persona que hacia lo más relevante lo más temprano posible, como escribir.

Hacer lo más pesado primero.

Esto complementa lo anterior, solo que aquí haces lo más pesado o también desagradable primero. 

Una vez hecho esto, uno se siente bien, aliviado y con más motivación, ya hiciste lo más pesado, ahora puedes lograr cualquier cosa…

Pero, no se trata de elegir lo más desagradable por diversión. Tiene que ser algo totalmente necesario y que no tengas la posibilidad de delegar.

Energía Inagotable.

Julio César, tenía una energía inagotable. Mientras estaba en campaña conquistando el territorio de las Galias, proveía de informes detallados de sus campañas, con fines políticos. 

Podía estar dictando a 4 o 5 escribas a la vez. Se preocupaba por ser un gran líder, y para esto necesitaba de una alta dosis de energía.

El propio Justiniano de Bizancio, era capaz de trabajar largos periodos sin siquiera comer o dormir. Tenía vigor y una fuerte creencia en su capacidad de lograr sus metas y completar tareas.

¿Cómo tener mayor energía?

1- Hacer ejercicios: Theodore Roosevelt, había forjado el hábito del ejercicio, entrenaba de tal forma que los entrenamientos eran cada vez más duros. Esto le proporcionaba vigor y motivación. Probablemente esto, le dió la iniciativa y ser un hombre de acción.

Se tiene que tener en cuenta que de pequeño era débil y enfermizo. Su médico le había prescrito que no desarrollara ninguna actividad física porque, podría empeorar su salud.

Afortunadamente no hizo caso. Su padre lo alentó a no rendirse y a ejercitarse.

2- No desperdiciar la energía sexual.

3- Comer comida real: los alimentos procesados solo nos debilitan. Por comida real me refiero a comida que no tiene más de 3 o 4 ingredientes. 

Pueden ser las carnes rojas, verduras, algo de fruta, huevos.

4- Dormir lo suficiente.

5- Tener un objetivo superior: Richard Francis Burton, aprovechaba cada oportunidad para escribir o para lanzarse a la exploración. Tenía un deseo insaciable de aventura.

Dedicar tiempo al estudio.

Especialmente quienes ostentan cargo de liderazgo, dedican una buena cantidad de tiempo a estudiar. Principalmente sobre historia y más específicamente, sobre historia militar.

Roosevelt, Prestaba atención al estudio de la historia militar. Pero no solo leía sobre esta temática, sino también, tenía el hábito de leer 4 horas al día sobre diferentes temas, como ficción, política, ciencia, historia y filosofía.

Napoleón Bonaparte, ponía especial atención en el estudio de la estrategia e historia militar.

Robert Greene, autor de las “48 Leyes del Poder” y “33 Estrategia de la Guerra”, nos muestra cómo podemos aplicar lo aprendido de la historia y estrategia militar a los negocios y vida en general.

Practicar.

Aplicar estas técnicas y secretos de los grandes en sus campos. Eso es lo fundamental. De nada sirve con maravillarse o sorprenderse con sus formas o métodos.

Ponerlos en práctica es lo que nos mueve hacia nuestros objetivos. No hace falta copiar exactamente lo que los grandes hicieron.

Ellos siguieron su propio camino, que por lo demás, no es el mismo que el tuyo, ni que el mío.

Adaptar a la vida de cada uno, ser lo suficientemente flexible como para ir cambiando y probando, hasta dar con algo que realmente funcione para nosotros.

Pero hey… Ponte con alguno de los secretos no tan secretos de los grandes, y ve avanzando en tu productividad.

Así es como le estoy haciendo yo. Estoy probando varios, he dejado a un lado algunas y tomado con agrado otras.

Lo importante… Ponte en movimiento, haz el trabajo, practica.

Bono.

Estas son algunas leyes de la física aplicada a la productividad.

Tenemos el principio que dice que todo objeto que esté en movimiento, permanecerá en movimiento, a menos, que se le aplique una fuerza externa.

A veces, lo más importante es empezar. Empieza y ya…

Elimina lo más posible las distracciones.

La fuerza aplicada a un cuerpo, es directamente proporcional a la aceleración de su masa. 

Concentrar el trabajo en lo más importante. Solo así nos aceleramos y aceleramos todo lo nuestro trabajo.

Si un cuerpo realiza una acción contra otro, este realizara otra acción igual sobre el primero. 

Eliminar tareas que sean ineficases, pueden contrarrestar tus avances.

Hasta la próxima,

Damián Cáceres.

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